Juan Pablo Vanegas Aristizabal
La
diplomacia es sin lugar a duda un arte, es el arte de la negociación mediante
la habilidad, sutileza, vocación y como decimos los colombianos la “malicia indígena”
; Es una herramienta fundamental en la conducencia, tratado y ejecución de
los asuntos que emanen de la relaciones internacionales entre Estados y sujetos
internacionales (Arias, 2011), pero dentro de nuestro ejercicio como país o
sujeto internacional en las relaciones internacionales, todos estos principios
no parecen que los colocáramos en práctica. El sistema político colombiano
caracterizado por un bipartidismo marcado de alternancia del poder y un "régimen
de cohabitación" de los partidos tradicionalistas ha sido marcado por una política
exterior y política internacional tibia
y miope compuesta por una "caja de
herramientas" llenas de improvisaciones, esto se ha evidenciado dentro
nuestro proceso de reconocimiento y la apertura de relaciones diplomáticas con los
nuevos estados, lo cual es muy importante porque es el establecimiento de nuevos
aliados con relaciones estratégicas para el desarrollo económico del país, Colombia
reacciono en forma tardía ante los cambios políticos ocurridos en Europa
Centro-Oriental, nuestro país no estaba preparado para responder a esos sucesos
y no tuvo posiciones claras frente a lo que estaba ocurriendo, la tardanza de
Colombia, a diferencia de otros países, obedeció simplemente a una ausencia
de políticas y criterios (Gonzales, 2008), por lo tanto esto ha sido
durante años la costumbre de la política exterior e internacional de Colombia caracterizada por la lenta adaptación de la dinámica
de los nuevos estados, regla fundamental en el ejercicio de la diplomacia.
Colombia no tenía un criterio y panorama claro para guiar el proceso de reconocimiento
con los nuevos Estados centro europeo, como consecuencia Colombia no tuvo más
alternativa que “improvisar”; Esto refleja la pobre planeación y estructuración
colombiana en materia de relaciones internacionales con otros estados, con
grandes consecuencias ya que es la inserción en el ámbito mundial con gigantes
beneficios para el país y su nación. La política exterior colombiana ha
mostrado ser miope, literalmente corta de visión, incapaz de trazar objetivos
de largo plazo, (Gonzales, 2008)
Esto solo ha sido una de las muchas falencias
de la diplomacia colombiana, estén atentos a mis siguientes artículos de opinión
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